Vale, sí, esa seguridad puede parecerte algo “exagerada” o, al menos, bastante melodramática, pero es que no podemos evitarlo, porque ¡no sabes la de veces que hemos visto los efectos positivos que nuestros tratamientos de botox han tenido en tantas y tantas mujeres!
Y eso, para
nosotros, no tiene precio.
Recibir mensajes como el que puedes leer a continuación, nos aporta muchísima, pero muchísima satisfacción:
Recibir mensajes como el que puedes leer a continuación, nos aporta muchísima, pero muchísima satisfacción:
Para Raquel, como para otras tantas pacientes de FC Facial CLINIQUE, la vida ha mejorado.
Y nosotros estamos encantados. ¿Cómo no?
Dejemos aquí el caso de Raquel y hablemos un poco de
ciencia, para que veas cómo los tratamientos con botox pueden cambiar la vida
de las personas.
La cara de la emoción
En su libro La cara de la emoción, el neoyorquino Eric Finzi nos explica que, simplemente forzando una sonrisa en tu rostro o frunciendo el ceño, puedes inducirte a ti misma sentimientos de felicidad o de tristeza.
El concepto de
que la mente sigue al cuerpo y los sentimientos siguen a las acciones no es
nuevo y Charles Darwin ya hacía mención a esto en su día. La idea es que no
fruncimos el ceño porque estamos tristes, sino que también estamos tristes
porque estamos frunciendo el ceño.
¿Interesante,
verdad?
Espera, que esto
sigue.
Finzi cree que él
puede cambiar la sensación de bienestar mental de las personas, simplemente
manipulando lo que hacen con su rostro.
Para demostrarlo, este cirujano dermatológico lleva unos cuantos años inyectando botox en el músculo corrugador (el responsable de que frunzamos el ceño) de pacientes con depresión, para evitar que éste se contraiga.
Para demostrarlo, este cirujano dermatológico lleva unos cuantos años inyectando botox en el músculo corrugador (el responsable de que frunzamos el ceño) de pacientes con depresión, para evitar que éste se contraiga.
¿Por qué, te
preguntarás?
Su razonamiento
es que el botox interrumpe el proceso de retroalimentación que va hacia el
cerebro y provoca nuestro estado de ánimo negativo. Es decir: si no fruncimos
el ceño, el cerebro no sabe que hay algo que nos molesta y, por lo tanto, nos
sentimos más positivos.
¿Perdona?¿Cómo?¿Que las personas con depresión pueden
curarse viéndose más felices o reprimiendo su capacidad de parecer tristes?
No, curarse no,
pero mejorar su estado de ánimo sí.
De hecho, en el mayor estudio hasta la fecha, sobre el efecto que el botox tiene en la
depresión, Finzi y Norman E. Rosenthal, descubrieron que el 52% de los
participantes que sufrían niveles moderados o serios de depresión, mejoraban
considerablemente tras inyectarse botox en sus líneas glabelares entre los ojos.
Por el contrario,
solo el 15% de los participantes que recibieron el placebo salino, mejoraron su
afección.
El propio Finzi reconoce
que el tratamiento no es una cura para esta grave enfermedad, y que las
inyecciones tienen que repetirse cada pocos meses para mantener el efecto, pero
también afirma que sus pacientes se sienten mejor porque se ven mejor, y porque
aquellos a su alrededor les tratan de una manera mucho más positiva.
Evidentemente,
hay muchas preguntas que contestar, y mucho camino por recorrer, pero si el botox
consigue mejorar la perspectiva de vida de las personas que lo necesitan,
merece la pena el esfuerzo.
Pero, vayamos a
lo más importante, que eres tú.
¿Vas a sentirte
mejor después de un tratamiento de botox?
¿Puede cambiarte la vida el botox?
Además del efecto
Finzi, que acabamos de describir, hay muchos otros factores a tener en cuenta.
Para adentrarnos en el tema, empecemos con una pregunta:
Para adentrarnos en el tema, empecemos con una pregunta:
¿Recuerdas cuando
en los años 70, la por aquel entonces diva del aerobic, Jane Fonda, dijo que
iba a tratarse con medicina estética para dejar
de parecer cansada, cuando en realidad nunca estaba cansada?
Tal vez no, pero
es precisamente ese sentimiento que compartía la reina de los maillots y los
calentapiernas, el que afecta a muchas de nuestras pacientes antes de sus tratamientos
de botox:
El mero hecho de encontrarse en un cuerpo que
envejece y una mente que se mantiene al 110%.
Sabes a lo que nos referimos, ¿verdad?
Sabes a lo que nos referimos, ¿verdad?
Hay muchos/as que
creen que no deberíamos inmiscuirnos con la naturaleza, que deberíamos dejarla
seguir su curso.
Pero lo cierto es
que el envejecimiento no nos afecta a todos de la misma manera.
Muchos perdemos
la confianza, incluso degradamos la opinión que tenemos de nosotros mismos al
mirar en el espejo y ver a alguien casi irreconocible.
Las normas
sociales no escritas exigen un exterior "perfecto", sobre todo a la
hora de buscar trabajo o “lanzarnos al mercado” de nuevo, tras un divorcio o una
separación. No nos engañemos.
Y, tras un
tratamiento extremadamente rápido, del que nadie tiene por qué enterarse si tú
no quieres:
- Nuestra piel vuelve a verse mucho más saludable y luminosa, y las arrugas que tanto nos preocupaban, han desaparecido.
- Parecemos mucho más jóvenes.
- Nos sentimos mucho más jóvenes.
- Renovamos la confianza en nosotras mismas que habíamos perdido.
- Estamos mucho más cómodas al enfrentarnos a un grupo o a un público.
- Incluso, nos sentimos mucho más atractivas.
- Dejamos de fruncir el ceño, por lo que no le damos motivos a nuestro cerebro para sentirse afligido, y por lo tanto, se siente mucho más feliz.
¿Qué te parece? ¿Te cambiaría la vida el botox?
Nosotros creemos
que sí, pero nunca lo averiguarás si no te atreves con él.
El post Atención, desmentimos siete mitos del botox, porque ya es hora te ayudará a disipar cualquier duda que tengas
sobre el tratamiento con botox.
Y si necesitas
hablar personalmente con un experto, no dudes en contactar con nuestros
profesionales en cualquiera de las clínicas de FC Facial CLINIQUE.
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