En términos populares se entiende por alergia al sol un amplio grupo de procesos que cursan con una respuesta cutánea anormal, producida, desencadenada o agravada por una exposición normal u ordinaria a la luz solar.
En la siguiente lista podéis ver un listado de las enfermedades por fotosensibilidad más comunes:
Aunque todas se producen como reacción a la exposición solar, no todas pueden ser consideradas como alergias, pues se reserva éste término a un pequeño grupo de estas patologías que están mediadas por un mecanismo de hipersensibilidad, es decir, por el propio sistema inmunitario. En este reducido grupo caben las dermatitis fotoalérgicas de contacto y la urticaria solar.
La alergia solar afecta a un porcentaje menor al 2% de la población y es una enfermedad no hereditaria. Produce un picor intenso provocando además la aparición de eczcemas y ronchas en la piel. No empeora con las exposiciones, pero se repite habitualmente siempre que el afectado se exponga al sol con la misma intensidad. En casos muy graves puede producir mareos, ahogo y dolores de cabeza.
La fotosensibilización, es otra variante de alergia solar, que se manifiesta con erupciones rojizas en la piel que sufren las personas tras haberse aplicado medicamentos, cremas solares, perfumes o desodorantes. Estas sustancias aumentan la sensibilidad al sol o fotosensibilidad.
Esta alergia se diagnostica exponiendo al paciente al sol o a una lámpara de rayos ultravioleta y con el denominado foto-parche se diagnostica la fotosensibilización, aplicando la sustancia sensibilizante en pequeños parches colocados sobre la piel y haciendo incidir la luz en esa zona.
En caso de fotosensibilización basta con eliminar la sustancia que la produce y se acaba con el problema de raíz. Por otro lado, si el problema es la urticaria habría que evitar la exposición al sol junto a la toma de antihistamínicos y el uso de fotoprotección, aunque algunos expertos han conseguido desensibilizaciones de la piel sometiendo al paciente a breves exposiciones durante el invierno con una lámpara solar. A esta técnica se le llama fototerapia. Normalmente consiste en exponer al paciente 1 minuto tres veces a la semana durante las 6 semanas antes de tomar el sol, se consigue reducir un 80% el cuadro alérgico.
Es importante no descuidarse en relación a este tipo de reacciones de la piel ante el sol, pues pueden ser la expresión de otras enfermedades, incluso malignas como un cuadro canceroso inadvertido.
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