Técnicamente un radical libre es una especie química
muy inestable que posee un electrón desapareado, es decir que está
descompensado y por tanto cuenta con un alto poder reactivo. Sin ir más lejos,
en una explosión nuclear se produce una liberación masiva de radicales libres
que permanecen en la zona afectada durante decenas de años y es por ello que es
peligroso entrar en un área afectada (como podría ser la famosa Chernobyl). Los radicales libres reaccionan con la piel
y dañan a las células y el ADN y es por ello que los que habitan en zonas
con radiación sufren grandes riesgos de padecer enfermedades como cáncer.
No solo provienen de explosiones
atómicas, numerosos elementos de nuestro entorno como la polución industrial, el
tabaco, los medicamentos e
incluso los procesos naturales de
nuestro cuerpo como el metabolismo
de los alimentos, la respiración y
el ejercicio también producen
radicales libres. Como hemos comentado al principio, el radical libre está
descompensado y buscará por todos los medios el equilibrio tomando el electrón
que le falta de las células que encuentre a su paso.
Los antioxidantes como las vitaminas A y C o el beta caroteno son el batallón de defensa contra los
radicales, pues son sustancias que tienen la capacidad de inhibir la
oxidación que causan y contrarrestan los daños, algunos a nivel intracelular y
otros en la membrana de la célula, con el fin de proteger los órganos y
sistemas.
En el día a día la parte del
cuerpo más afectada por los radicales libres es nuestro órgano más externo, la
piel, pues toman el electrón que les
hace falta de las células del tejido colágeno de la piel y como resultado
esta pierde su elasticidad y luce seca y arrugada. Los radicales libres son el
principal contribuyente al envejecimiento de la piel y es por ello que es tan
aconsejable la ingesta de alimentos con antioxidantes
En la frutas cosechadas maduras se encuentran vitaminas, flavonoides,
carotenoides, licopenes, zantinas, índoles y luteínas, sustancias todas ellas
con un gran poder antioxidante. Te puedes preguntar por qué a dos personas que
viven en un mismo lugar bajo las mismas condiciones y con dietas parecidas se
les puede notar el envejecimiento de la piel a diferentes edades. Esto es
porque cada cuerpo es un mundo y
mientras que algunos liberan más radicales que otros, otros producen más
antioxidantes naturales.
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